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Siempre sentí que Juan representaba la parte más ambiciosa y pragmática de mi personalidad,
mientras que Manuel representa mi parte más creativa y vulnerable.

Hoy decido reconciliar estas dos versiones de mi para explorar mi creación y mi madurez a traves de este espacio.

Soy Juanma Gea, y así comienza la reinvención de todas las cosas.

Qué me trajo hasta acá?

El cambio llegó cuando cumplí 30 años y me di cuenta de que a pesar de haber conseguido un buen trabajo, y una estabilidad economica, muy buenos amigos, y un lindo hogar; aun sentía que algo me faltaba.

Esa insatisfacción permanente me ha acompañado a lo largo de toda mi vida, y al día de hoy le reconozco dos caras.
Una de ellas es la del desagradecimiento, que me lleva a dar por sentado todo lo bueno que he conseguido y no me permite disfrutar; mientras que la otra es la cara de la ambición, que me impulsa a ir por más, desafiarme constantemente y me ha permitido vivir de cosas que eras inimaginables para mí.

 

Pero al día de hoy, no estoy dispuesto a convivir con esta insatisfacción, y este cambio interior me ha llevado a preguntarme:

Que es lo que me gustaría estar haciendo dentro de 5, 10 o inclusive 20 años?

Pues… lo mismo que tenía ganas de hacer 5, 10 y 20 años atrás.

– Me gustaría crear –


A lo largo de mi vida siempre he tenido una veta creativa explorada pero jamás explotada.
Al haberme críado en una familia con una sensación permanente de que nos faltaba dinero, fue natural en mí priorizar mi carrera profesional y buscar lo que nunca había vivido y tanto ansiaba: estabilidad economica. 

Pues adivinen qué: Ya la he conseguido, la he disfrutado, y mucho menos quiero perderla.
Pero finalmente puedo entender qué el dinero no es mi motor en esta vida. 

Extraño enormemente esa sensación de soltura, ilusión y orgullo que tengo cuando estoy creando.
Y después de haber pasado 30 años de paseo en este mundo he aprendido:

– que la escritura es mi forma natural de creación,
que en ella encuentro mi manera de compartir mi experiencia en esta vida,
y que todo lo demás es pura curiosidad. –